De esta verdad escondida,
Se halla la respuesta
A una verdad dormida.
Ya no es historia de princesas,
Ni de caballeros andantes.
Ni es historia de canción,
De poesías o refranes.
En una mala noche,
Con la luna brillante,
Decidió hacerse valiente,
Con la verdad por delante.
Ella estaba enamorada,
Amor como ese no hallé,
Se notaba en las entrañas,
Se notaba en su ser.
Se le iluminó el camino,
Se sintió princesa otra vez,
Pero su supuesto caballero
Ya tenía otro querer.
Decidió llorar de madrugada,
Ser consolada hasta el amanecer,
Decidió llorar en su almohada,
Ahogar sus penas en el beber.
Ella sentía dolor,
sentía muy fuerte el amor.
Nunca unas lágrimas de princesa
Supieron tanto a alcohol.
Ella lloraba y sentía,
Ella entre suspiros recordaba,
Ella escuchaba canciones,
Ella lloraba y lloraba.
Adiós a su alma gemela,
Adiós a su persona amada,
Adiós, vida cruel,
Adiós decía, enamorada.
Raquel J. Sánchez.
Bueno, niña ¡que hermosura! Aunque es una poesía con muchas lagrimas a mi me he encantado..., no pierdas el ritmo.
ResponderEliminarBesitos.